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Descubre si tienes tu niña interior o niño interior herido

 

La infancia nos deja una multitud de heridas en relación con nuestros padres y/o situaciones que vivimos en nuestra niñez. La niña/el niño interior representa nuestra autoestima, representa a esa niña/ese niño que fuimos en nuestra infancia y a esa niña/ese niño que nos sigue acompañando en el día de hoy por más adultos que nos creamos. El/la simboliza la vulnerabilidad con lo que somos en relación a nuestra autoestima.

Esto quiere decir que, si nuestras relaciones en la infancia fueron inseguras, si tuvimos necesidades que no fueron cubiertas, se desarrolla una herida en nuestra niña/nuestro niño interior que no queda en nuestra infancia, sino que crecemos con ella y nos acompaña en la vida adulta.

Esas heridas se harán presentes en la manera en que nos relacionamos con las demás personas y con nosotros mismos; se visibilizarán cuando una situación o persona active en nosotros algo relacionado a esa antigua herida.

 

¿Cómo lo identificamos la herida de tu niña o niño interior?

 

De acuerdo a la acción que la otra  persona realice, se generará una respuesta que está íntimamente relacionada con la carga emocional de quien la emite. Es aquí que se puede observar si existe la herida que se va a manifestar en:

  • Falta de confianza en uno mismo y en otras personas
  • Inseguridad y convicción de un bajo merecimiento
  • Dificultad para expresar las emociones
  • Falta de límites
  • Traicionarse a uno mismo en las relaciones
  • Creer que el rol de la pareja es “salvarnos” o “arreglarnos”.

¿Cómo sanar y atender la herida de tu niña o niño interior?

 

Para sanar esas heridas debemos de hacernos conscientes de esos tratos, sentimientos, miedos, sueños, falta de atención que tuvimos cuando éramos niños. Esas vivencias que afrontamos con nuestros padres y/o personas que estuvieron presentes un día en nuestra niñez y lo más importante de cómo procesamos todas las situaciones vividas.

¿Cómo identificar si tu niña/o interior está herida/o?

¿Cómo sanar a nuestra niña/nuestro niño interior herida/o?

 

  • Visualizarle e imaginarlo con frecuencia: La imaginación y la visualización son recursos fundamentales para poder acceder a tu niñ@ interior. No hace falta volver al pasado, ni tener una máquina del tiempo. Con solo cerrar los ojos basta para sentir una conexión emocional con ese niñ@ que un día fuimos.
  • Hablarle y empatizar con lo que sufrió: Est@ niñ@ herido necesita sentirse comprendid@, visto y escuchado por nosotros. Mostrándole nuestro cariño con caricias verbales y descubriremos qué efecto tienen nuestras palabras en él.
  • Abrazarle mentalmente y darle todo el amor que podamos: Nunca es tarde para tener una infancia feliz y por tanto, nunca es tarde para que este niño reciba todo el cariño que no tuvo en el pasado. Ahora es nuestra misión transmitirselo.
  • Realizar actividades que te ayuden a conectar con ese niño sano: Actividades como: Bailar, teatro, o un deporte divertido pueden ser ejemplo de aficiones que nos hagan disfrutar a partir de ahora.
  • Dedicarte tiempo para cuidar de ti: No olvidemos el autocuidado, ya que, es una manera también, de sanar a est@ niñ@ herido que de alguna manera o de otra todos llevamos dentro. Cuanto más mimos y tiempo de calidad pasemos con nosotros mismos mejor. Más fácil será ir sanando las heridas emocionales de la infancia que nos pueden haber dejado huella.

Asumir la responsabilidad de nuestras emociones es la clave para superar estas heridas, que fueron creadas desde una historia en  la mirada de la niña/niño interior  y que en la adultez ya no necesita de nadie mas para que la proteja, sino de su adulta.

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