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Miradas de observadora

Éstas están fundamentadas en las maneras de relacionarte, las cuales fueron aprendidas en el seno familiar. Mamá y papá, o las personas con quienes interactuaste desde niña, son el patrón que guía dichas maneras.

Si tus miradas de niña se enfocaron desde el sufrimiento al pensar que no merecías ser tratada de esa forma, que no te dieron amor, atención, cuidados, sintiéndote abandonada, rechazada, abusada, violentada, te convertiste en una adulta que se relaciona desde la víctima.

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¿Qué son las miradas de observadora?

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Usando  tus desdichas (reales o imaginadas) para lamentarte, dar pena o hacerte sentir culpable.

Es el victimismo, la forma que usas para relacionarte, frente a los eventos estresantes que suceden en el ambiente o a las propias demandas internas. Así piensas que puedes protegerte para no volver a sentir el dolor que te causo lo vivido. Ten presente que a lo que te resiste persiste, puesto que enfocas tu energía en no querer pensar (donde pones tu foco pones tu energía) lo que te mantiene apegado justo a lo que no deseas.

Según el psicólogo Stephen Karpman, en las relaciones humanas podemos caer -inconscientemente unas veces y otras muy a propósito- en lo que él llamó ‘El Triángulo Dramático’, una estrategia de manipulación en la que las personas se reparten tres roles.

Desde mi opinión dichos roles enfocan claramente esas miradas de observadora que asumes con un fin, el cual siempre va a estar relacionado con tu mundo interior.

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Tipos de mirada de observadora

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  • La víctima: desde esta mirada no te haces responsable de tus  desdichas, buscando que los demás hagan por ti lo que deberías hacer por ti misma. Para conseguir tu objetivo quieres ser el centro de atención y utilizas el sentimentalismo, la pena y el chantaje emocional. Destacas con exageración tus desdichas para que te compadezcan.

Mirada de observadora desde : la victima

 

 

 

 

 

 

 

  • La  perseguidora: es siempre víctima de otros a los que culpa de sus males de manera que la imagen de sí misma está siempre a salvo, ella  no tiene ningún problema y tiene la  razón en todo lo que dice y hace. Su herramienta es la acusación y el reproche con la intención de hacer sentir culpable al otro.

 

  • La  salvadora : La buena buenita  que siente pena por los lamentos de la víctima y  se agobia  si no hace lo que le pide la perseguidora. Obtiene a cambio autovaloración pues al ayudar presupone que es quien está mejor.

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Cada una de estas miradas de observadora  están fundamentadas en esa niña  herida, quien vive buscando la solución afuera, pensando que el otro es el culpable de que ella sufra.

Es por ello tan importante que hagas consciencia que esas miradas de observadora van a cambiar en el momento que asumas la responsabilidad de tu vida, aceptando que si puedes cambiar y transformarte en la mujer  que si sabe vivir en elección sin depender de las acciones de los demás.

 

 

 

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